La "ironía económica" de Enrique Raab

 A raíz de la lectura de "Escritores crónicos" de María Moreno es que podemos entender que la crónica de Raab posee ciertos momentos de ironía económica entendidos como ciertos pasajes en donde la acidez del narrador es puesta en uso de manera precisa y necesidad de metáforas. Un ejemplo de esto es cuando el narrador en "Imagen 1" se encuentra con Francisco, un hombre que solía ser lustrabotas antes de La Revolución Cubana y que ahora le trasmite al narrador sus pesares. Ante esta situación el narrador acota   "(¿No dicen afuera que en Cuba los que critican al gobierno en las calles son deportados a las granjas de trabajo obligatorio? Cf. Selecciones del Reader’s Digest, edición en español, junio de 1966)". Otro caso similar es cuando Francisco cuenta que ya no se ven en La Habana prestigiosas marcas de autos como Dodge, Oldsmobile, Ford y Chevrolet, a lo que el narrador le causa tremendo rechazo y describe a su interlocutor como un hombre que: "lloriquea, desdeñando, como si no existiesen, los Alfa Romeo, los Toyota, los Moscovich–". Es en estas dos citas donde podemos entender esa ironía que permea toda la crónica de Raab, que es utilizada principalmente como un mecanismo que deja entrever la posición ideológica que tiene el narrador frente al proceso revolucionario cubano, más que ser un recurso estilístico.

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