Acerca de "No oyes ladrar los perros" de Juan Rulfo

En esta oportunidad se analizan la perspectiva narrativa y la distancia entre relato e historia a partir de la lectura de "No oyes ladrar los perros" del escritor mexicano Juan Rulfo, según los criterios de Gerard Genette. 
A lo que respecta a la perspectiva narrativa primero debemos preguntarnos quién es ese narrador que introduce su voz en el relato. En esta oportunidad se trata de un narrador heterodiegético en tanto que no participa activamente del relato. Con respecto a la perspectiva per se, podemos decir que es limitada y a su vez externa ya que focaliza en los sensaciones que pueden verse desde afuera. Es decir, el foco esta puesto en el comportamiento de ese padre que esta llevando a su hijo y como le es cada vez más difícil llevarlo sobre sus hombros. No obstante, no hace hincapié en los pensamientos o, mejor dicho, en la conciencia de ese personaje sino que más bien describe lo que es visible. Vale aclarar que es un narrador meticuloso ya que las descripciones que hace dan cuenta de una mirada que busca detalles: "Sudaba al hablar. Pero el viento de la noche le secaba el sudor. Y sobre el sudor seco, volvía a sudar."
En el caso de la distancia, podemos deducir que el método empleado es la mímesis o también llamado relato de palabras ya que se trata de un cuento en el que los diálogos entre los dos personajes ocupan la mayor parte del relato. Así mismo podemos entender que la distancia que se establece es mínima y esto se debe al uso del discurso directo en el discurso restituido. Por lo que podemos entender que la ilusión que este discurso genera es susceptible a que el narratario olvide de que se trata de una ilusión por la aparente desaparición del narrador. 

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